domingo, 20 de febrero de 2011

Leonard Bernstein


Siguiendo con la mini serie dedicada a los grandes directores de orquesta gays, es el turno de Lenny Bernstein, precisamente el sucesor al frente de la New York Philharmonic de Mitropoulos, el anterior de este serial. Mas concretamente en el caso de Bernstein hablamos de bisexualidad. Lenny, como se le llamaba cariñosamente en Estados Unidos, rompió muchos tabúes en los 70 separándose de su mujer y yéndose a vivir con su compañero. Pero el siempre fue un adelantado en su tiempo y una persona que rompió moldes preestablecidos, como con los famosísimos conciertos para jóvenes de la decada de los sesenta que fueron un hito en la televisión, o también componiendo musicales siendo una persona con una formacion clasica tan solida. Perteneciente a la santísima trinidad de los directores del siglo XX junto a Karajan y Solti, posiblemente sea la persona genial de la musica en este siglo. Todo lo hacía maravillosamente bien, dirigir, componer, enseñar, tocar el piano... pero además, destacaba la gran humanidad con la que hacia las cosas. A pesar de disponer de ese gran talento llama la atención la gran formación, estudio en Harvard con W. Piston (el autor del famoso libro de orquestación), en el Instituto Curtis de Filadelfia con Reiner, y en Tanglewood con Koussevitzki. Es imposible una formación mejor. Su carrera esta íntimamente ligada a la Filarmonica de Nueva York, y también en su época mas madura a la Wiener Philharmoniker, pero si por algo fue conocido Bernstein en todo el mundo es por su musical West Side Story. Una de los DVD que guardo como oro en paño es el Making Off de la grabación de esta obra, es un verdadero placer ver a Bernstein dirigir su propia música. Por cierto famosa en esta grabación es la bronca que se lleva un jovencisimo Carreras por no medir bien. Destacar las grabaciones para CBS ahora en poder de la Sony, así como las grabaciones con la Filarmonica de Viena ya en su madurez. Recuerdo cuando escuche la integral de las sinfonías de Brahms con Viena me llamo la atención lo lentas que las llevaba, no era propio de su caracter, de su manera de dirigir. Se lo comente a un director de orquesta y me dijo que en Viena circulaba el rumor de que Bernstein no era lo suficientemente serio para dirigir su orquesta y entonces Lenny quiso demostrar de esa manera su seriedad. Imprescindible la integral de las sinfonias de Mahler con Viena y los conciertos de piano de Beethoven.

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